Cookie Lady.

viernes, 11 de noviembre de 2011

"LaPiba"

La piba no caminaba, la calle se movía… era como una cinta para caminar de esas para hacer ejercicio.

La piba no movía las piernas, su mente se modificó para que pareciera eso, en realidad, están pegadas a la calle.

La piba aspiraba lanza, le encantaba, decía que era como un candy. Pero también le gustaba mucho el ácido, decía que era la sustancia con la que podíamos ver la verdadera realidad, esto es una alucinación constante.

La piba no tenía hora, decía que el tiempo no existía. Mencionaba y repetía siempre que era otra mentira del gobierno.

La piba se limpiaba el culo con papelillos y escupía donde quería, su lugar favorito era el pelo de las personas, porque no se daban cuenta hasta tocarlo y preguntarse qué carajo es eso; pero eso ella no lo veía. Solo lo vio una vez, porque siguió a la nabocha hasta que se peinó y sintió esa cosa viscosa y húmeda.

La piba no dormía casi nunca, tenía tales ojeras que veías el reflejo del universo en ellas.

La piba iba siempre al cine a ver la misma película todo el tiempo… “Amor & Anarquía”.

La piba no creía en el amor, pero se enamoraba siempre.

La piba intervenía las calles de Rosario cada vez que podía, no siempre tenía unos pesos para pintura… se los gastaba en mota.

La piba no tenía amigos de su edad, eran mayores pero no tanto.

La piba amaba leer Pizarnik, Borges, Poe y mucho mas, pero prefería flashear con Cortázar.

La piba no tenía padres, no tenía familia, nació de la nada, con nada y sin nada.

La piba llegó a un punto de obsesionarse con el misterio del infinito universo, y las historias paranormales, de demonios, espíritus y entidades…

La piba escuchaba Los Redondos y quería pogear hasta morir.

La piba escuchaba Bikini kills y volvía a lo punk junto con Sid Vicious y Dee Dee Ramone.

La piba escuchaba Crystal Castles y dejaba de existir en cada canción que entonaba Alice Glass, con una botella de Jack Daniel’s y un cigarrillo.

La piba escuchaba Led zeppelín y se sentía en éxtasis.

La piba escuchaba Nirvana y se ahogaba en su decadencia con Kurt.

La piba vivía por allá y por ahí, pero nunca en el mismo lugar dos veces, decía que perdía su esencia.

La piba era okupa y siempre regalaba sus libros o dibujos.

La piba no entendía nada, pero sabía todo.

La piba era yo y también vos.






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