A gritos pedía auxilio, esa alma estaba perdida, llena de rencores que adoraba, de tristeza que anhelaba.
Con esa mirada podía decir hasta lo que nunca pensaba, el sentido lógico no era una elección.
Tan fría como el hielo, mas dura que una roca, tan hermosa y brillante como un diamante. No podía soportarlo mas.
Si... en esa laguna de sangre se reflejaba todo mi amor enfermizo...
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